Historia


Cantegrill, una Empresa acreditada en el medio por la calidad y de sus productos, fue fundada el 14 de diciembre de 1947 por los señores Mauricio y Humberto Urrutia Mendes y Enrique Maciel, exclusivamente en el ramo de heladería. Nueve años más tarde, a mediados de 1956 se anexaron los ramos de confitería, bombonería y jugos de frutas. 


No fue hasta el 1° de Agosto de 1957 que la empresa fue adquirida por el Sr. Gerardo Fariña, quien con gran visión de futuro, realizó importantes reformas en el local, dándole un nuevo impulso y echando las bases para solidificarla económicamente, al adquirir en propiedad al mismísimo Humberto Pittamiglio, el imponente local ubicado en una amplia esquina en 21 de Setiembre y Williman.

 La importante variedad de sabores en heladería unido a la elaboración propia de masas, sandwiches, postres y bombones, a la importación de vinos finos, licores, tés y galletitas y a un cada vez más esmerado servicio de lunch para fiestas, hizo crecer a la Empresa y ganar en aprobación, desbordando su popularidad a los ya amplios límites de sus inicios radicados en el barrio de Punta Carretas y Pocitos.

Con el mismo sentido práctico y humano que lo caracterizó siempre, el señor Gerardo Fariña resolvió en Agosto de 1969 incorporar a la Empresa a sus dos empleados más antiguos los señores Gabriel Antunez e Ignacio Crespo, como premio a su excelente labor. Así quedo formada ANCREFA S.A y la Empresa Cantegrill volvió a dar un nuevo paso importante en su trayectoria, que asienta en la historia capitalina.

 La experiencia de sus propietarios, su honestidad comercial, la solidez de la firma, la calidad de sus productos, tanto los elaborados en forma artesanal como los importados, conforman una marca registrada y responsable, con especial ubicación en los gustos de su amplia clientela, colocado entre los más finos de su giro.

En tal sentido, es relevante destacar algunos de sus emblemáticos clásicos consagrados por el público a lo largo de los años cuya sutil selección de finos ingredientes combinados en forma exquisita según una receta celosamente guardada, los convierte en inimitables. Tal es el caso de las bombas de sambayon, los bombones Nury, o la torta helada Praliné y Nuez.

Esta última, creación del Sr. Fariña en su persistente búsqueda de innovación de productos, logra balancear, sobre una base delgada de bizcochuelo, el carácter oscuro y carismático del helado de chocolate, la fresca suavidad de una mousse helada de frutillas y la presencia del helado de vainilla cuya textura contrasta con un toque de uvas pasas que esperan la degustación bajo un manto crocante de caramelo y nuez trozado en finísimos cristales.

Las reinas de la confitería, las bombas de sambayon, basan su orgullo en una masa inyectada de crema a base de merengue con salsa de sambayon, huevo y vino marsala o garnacha, cubierta de caramelo a punto vidrio. Es el toque certero del maestro pastelero o de sus discípulos, que siguen las instrucciones de confección al pie de la letra, con la misma tecnología de hace más de cuatro décadas lo que les da su encanto y ha impuesto entre muchos montevideanos la costumbre de llevarlas a cuanta reunión familiar se presente, comprometiendo como clientes a los descendientes de aquellos ya mayores incondicionales por años de Cantegrill. 

Odoo - Prueba 1 a tres columnas

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Los bombones Nury, cuyo nombre le hace honores a la hija del Propietario de una confitería hoy desaparecida, representan un ícono entre sus pares ya que sorprenden al más sofisticado paladar con su particular temperatura que resalta su textura suave y cremosa donde se funde una delicada selección de chocolates.

Un sinnúmero de anécdotas coronan ésta larga trayectoria entre ellas, afloran con inusitada inocencia la concurrencia de algunos niños en la noche, hoy padres de familia, a saludar las figuras de varios superhéroes y personajes de moda (Batman, Robin y Lagarto Juancho) antes de irse a dormir,

También se rumorea que aquellos que recitaran las estrofas del poema “El Grillo” de Conrado Nalé Roxlo, poeta, escritor y periodista argentino, le era obsequiado un helado. Esta figura del Grillo, que ocupa un sitio de honor en la confitería junto a los pabellones uruguayo y argentino en honor a Nalé Roxlo, fue heredada desde sus orígenes pero cobró real protagonismo con la era Fariña, quien lo resaltó en la cartelería e incluso estampó en la papelería de la empresa. 

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Con el transcurso de los años, se sucedieron algunas reformas de su salón de ventas dentro del distinguido marco edilicio. La última de ellas fue inaugurada a fines del 98 donde su propietario, ya jubilado, dio rienda suelta a su creatividad combinando la funcionalidad con el refinamiento de su estilo ya característico. En el futuro inmediato enfrentamos el deslumbrante desafío de acompasar el bullicio de la vida moderna sin perder de vista un ápice los pilares sólidos sobre los que asienta nuestra Empresa, la calidad y la satisfacción de nuestros clientes a quienes les estamos profundamente agradecidos.

Y también a todos los que no nombramos explícitamente, pero que son igualmente actores principales de esta historia. Muchos que ya no están con nosotros, pero muchos que aún permanecen diariamente ayudando a mantener la enorme tradición que ayudaron a forjar. Es el deber de los directivos actuales de esta Empresa hacer honor a esa tradición y enfrentar el futuro de la Confitería y Heladería Cantegrill siendo fieles seguidores de su personalidad y de su estilo.

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